En el presente módulo estudiaremos el concepto de prácticas de protección propia y veremos algunos tips de seguridad para que usted pueda evitar que su dinero caiga en manos de delincuentes.
¿Te suena familiar la frase: “De eso tan bueno no dan tanto”? El sistema financiero, como lo hemos podido analizar en los capítulos anteriores, le brinda grandes oportunidades, pero también tiene algunos riesgos. Uno de ellos está representado por personas que quieren apropiarse de su dinero, haciéndose pasar por las entidades financieras que han sido autorizadas por el Estado para desarrollar esa actividad.
Una de las necesidades básicas del ser humano es la seguridad. Sin embargo, como personas, y especialmente como consumidores financieros, nos encontramos expuestos a varios riesgos, que pueden llevarnos a perder lo que hemos construido y nos ha tomado mucho tiempo tener.
Al utilizar nuestros productos financieros, debemos tener cuidado de usarlos responsablemente y de darles un uso adecuado, sin abusar de las posibilidades que los mismos nos ofrecen, además de tener presente que existen personas que quieren apropiarse de ese dinero que tanto nos ha costado conseguir.
Así, las prácticas de protección propia son todas aquellas acciones que pueden y deben realizar los consumidores financieros con el propósito de
proteger sus recursos de personas inescrupulosas que quieren apropiarse de los mismos.
Los consumidores cuentan con especial protección por parte del Estado, pero lo anterior no impide que estos tomen todas las precauciones necesarias para garantizar que sus recursos están siendo administrados por personas capaces y que han sido autorizadas por el Estado para desarrollar la actividad financiera, gracias a su idoneidad y su responsabilidad en el manejo de los recursos del público.
Por eso, como consumidor financiero, te encuentras en la obligación de poner en práctica una serie de acciones que estarán dirigidas a asegurar tus
recursos y a ser consciente de que el dinero, como dicen popularmente, no crece en los árboles. Las prácticas de protección propia, como lo veremos más adelante, te permitirán ir un paso más allá de quienes pretenden aprovecharse de la falta de experiencia de las personas del común en temas financieros y entender cómo funciona el sistema, así como de quienes intentan, sin autorización del Estado, entrar al mismo para cometer delitos y dejarte sin tus recursos.